Con bloqueos en carreteras federales y la toma de aduanas en distintos puntos del país, productores y transportistas de Puebla se sumarán al paro nacional el próximo 24 de noviembre para denunciar el abandono del campo, la inseguridad en las rutas y la falta de apoyo gubernamental. Las manifestaciones se concentrarán en los accesos a puertos, zonas agrícolas y cruces fronterizos estratégicos.
Los organizadores anticiparon que la movilización detendrá el transporte de mercancías desde su origen, como medida de presión hacia el gobierno federal. Aunque no afectará a vehículos particulares ni al transporte de pasajeros, se espera que el paro impacte de manera directa el abasto y la logística comercial en todo el país.
El Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM) y la Asociación Nacional de Transportistas (ANTAC) encabezan la convocatoria, en la que también participan pequeños productores de granos, ganaderos y operadores de carga. Según sus dirigentes, las acciones buscan obligar a la presidenta Claudia Sheinbaum a atender personalmente sus reclamos.
Entre las principales demandas figuran precios de garantía justos, la creación de una banca de desarrollo agropecuaria y pesquera, y la inclusión de los productores en la redacción de la nueva Ley de Aguas Nacionales, la cual rechazan por limitar la transmisión de concesiones entre particulares. También exigen mayor seguridad en carreteras, donde los asaltos a transportistas se han disparado.
El líder campesino Eraclio Rodríguez Gómez advirtió que los subsidios actuales al maíz solo benefician a grandes corporaciones, mientras que miles de agricultores “trabajan con pérdidas y sin protección frente al crimen”. En tanto, el dirigente transportista David Estévez denunció que los robos de tráileres pasaron de siete a más de 50 diarios, lo que refleja la falta de control en las vías federales.
Los convocantes advirtieron que, si no hay respuesta del gobierno federal, el paro podría prolongarse por tiempo indefinido, afectando el suministro de alimentos y productos básicos. “Sin seguridad ni precios justos, no hay producción posible”, advirtieron los líderes del movimiento.
