En la Sierra Norte y Nororiental de Puebla, la atención hospitalaria enfrenta un colapso: la falta de especialistas, quirófanos inactivos, insumos básicos y ambulancias suficientes ha reducido cerca del 60% la capacidad de los centros médicos, dejando a cientos de pacientes sin opciones inmediatas.
Leticia Reyes Juárez, coordinadora de organizaciones por la salud, advirtió que con el personal adecuado estos hospitales podrían atender hasta el 70% de los casos. Sin embargo, la escasez de médicos residentes y especialistas mantiene en riesgo a los pacientes más vulnerables.
El déficit de recursos obliga a muchas familias a trasladar a sus enfermos por sus propios medios a otros municipios, incluso pagando hasta 900 pesos por transporte, y aumenta la probabilidad de complicaciones graves, sobre todo en casos de embarazadas o pacientes críticos.
Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la intervención federal del Hospital General de Cuetzalan, activistas consideran que esta medida es insuficiente. “No se trata de un hospital aislado; la crisis es estructural y afecta a toda la región. Los anuncios parciales no resuelven nada”, señaló Reyes Juárez.
La precariedad se refleja también en la infraestructura. En el Hospital Integral de Ayotoxco de Guerrero, un corte de energía duró 15 días, poniendo en riesgo vacunas y materiales estériles, y solo la presión del personal logró restablecer el servicio.
Reyes Juárez subrayó que los problemas graves solo se hacen visibles cuando trabajadores y pacientes los denuncian públicamente. “Hemos tocado todas las puertas y nadie respondió; exponer la crisis es la única manera de presionar a las autoridades para que actúen”, concluyó.
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