La contaminación de la cuenca del Alto Atoyac impacta de forma directa en una superficie de cuatro 1,011 kilómetros cuadrados, de los cuales, 2,010 kilómetros cuadrados corresponden a 22 municipios del estado de Puebla y 2,001 a 48 municipios de Tlaxcala.
De acuerdo con resultados preliminares del análisis “Metales Pesados: distribución y concentración histórica en el río Atoyac”, encabezada por Romeo Saldaña Vázquez, investigador del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, la cuenta del Atoyac presenta un alto deterioro por actividades antropogénicas, de tipo agrícola y de tipo industrial que afectan de manera directa la salud de los habitantes.
En la cuenta del Alto Atoyac se registra la presencia de Arsénico y Cadmio por encima de los valores permitidos por las normas nacionales e internacionales, elementos que son emitidos por actividades industriales en la cuenca, mayormente, en la zona del Zahuapan, es decir, en la zona de Tlaxcala.
Se tiene detectada la presencia de Cromo, Cobre, Mercurio y Níquel con niveles por encima de las normas internacionales.
Ls aguas de la cuenta del Alto Atoyac se registra la presencia de materia coliforme, así como de pesticidas y elementos cancerígenos. “Los ríos son terribles biológicamente hablando, paisajistamente hablando. Muchos no parecen ríos. La realidad del Atoyac es muy compleja, tenemos un deterioro de la cuenca muy alto, causado por actividades antropogénicas, de tipo agrícola y de tipo industrial.
La contaminación llega a los ríos y se traduce en riesgos para la salud de las personas que vivimos en esta cuenca”, explicó.
Durante el foro virtual “Presentación de Proyectos de Investigación para el cuidado de la casa común”, organizado por la Ibero Puebla, Saldaña Vázquez comentó que, a pesar de que ya se tienen diferentes investigaciones sobre contaminantes en la cuenca, falta un monitoreo de la presencia de metales pesados en la zona que se ubica del lado del estado de Tlaxcala, particularmente, donde operan industrias que, de manera formal, reconocen ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que emiten contaminantes al agua.
“Contrario a lo que podíamos pensar, para algunos aspectos no está sobrediagnosticada como se piensa. Son muy pocos los que han hecho esfuerzos para evaluar aspectos como el costo económico para diferentes sectores y la presencia de metales pesados (…). Falta monitoreo de metales pesados en lo que corresponde al estado de Tlaxcala, donde tienen un montón de industrias que formalmente declaran a la Semarnat que emiten contaminantes. No sabemos qué está pasando, qué contaminantes están emitiendo”, explicó el especialista.
Se busca que con las investigaciones que se realizan sobre la cuenca del Alto Atoyac, se pueda transitar hacia una ciencia de decisiones, es decir, que la información recopilada, provoque que haya acciones en la sociedad y en los gobiernos encaminadas a su rescate y cuidado.
“Nuestros objetivos se centran en hacer un llamado de atención del problema desde una perspectiva histórica; así como promover la discusión con la gente interesada que se puede hacer para que haya un monitoreo gubernamental que refleje la contaminación observada por los investigadores”, finalizó.
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