Contrario al 2020, cuando autoridades declararon el inicio de la contingencia sanitaria por el Covid, la zona arqueológica de Cholula lució repleta como parte de los actos realizados en torno al equinoccio de primavera.
Entre actos esotéricos y new age, que lo mismo implican actos de sanación y medicina “tradicional”, que limpias de copal e incienso cuyos humos se soplan de boca a rostro, sin miedo al contagio, fue conmemorado que este domingo 20 de marzo a las 15:33 horas se dio el cambio de estación.
La zona arqueológica de Cholula fue uno de los 137 sitios arqueológicas en el país, incluidos también Tehuacán, Yohualichan, Cantona y Teteles de Santo Nombre, los que formaron parte de un operativo aplicado del 19 al 21 de marzo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para recibir a los visitantes que acuden al equinoccio de primavera 2022.
Hace 2 años, la misma zona arqueológica lució vacía. Esta vez, artesanos, vendedores ambulantes, agentes turísticos, algunos guías de turistas, restauranteros y comerciantes levantaron sus cortinas, tendieron sus puestos y abrieron sus locales para recibir a los paseantes.
Colocados a un costado de la plaza, entre un diyei que intentaba colar los beats de su consola sobre el sonido de un caracol “azteca” y el tambor rítmico de los voladores de Cuetzalan, se apostaban una veintena de curanderos que prometían sanar cualquier mal, ya fuera por medio de remedios físicos o “espirituales”.
En la calle principal, entre el pululante paseo de turistas, la entrada a la zona arqueológica de Cholula también lucía repleta. No obstante, la entrada por los túneles, aquella que los turistas buscan pues la califican de intrigante, permanecía cerrada lo mismo que algunos edificios principales del sitio, lo que desanimaba a una mayoría a entrar y conocer al gran Tlachihualtépetl o “cerro hecho a mano”, y los restos de las diversas épocas constructivas que dieron origen a la Gran Pirámide, todas ellas con sus ampliaciones.
No lo mismo con el camino que conduce hacia el Santuario de la virgen de los Remedios, que se caracterizó por un ir y venir constante de turistas que buscaban la mejor altura para tomarse una fotografía y ver, desde lo alto, el amplio y variado rompecabezas de visitantes: los vestidos de blanco para “tomar energías”, los cubiertos por el sol con amplios sombreros, o los que estuvieron dispuestos a tostarse al sol.
Al igual que Chollolan, que significa lugar de huida e incluso agua que cae en el lugar de huida, otros sitios del país fueron abarrotados por turistas, como fue el caso de Teotihuacan que, al último momento, el INAH decidió abrir.
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