Por sus características de deslizamiento cerca de la interfaz límite entre la placa oceánica de Cocos en subducción y la placa de América del Norte, el sismo de las 13:05 horas del lunes 19 de septiembre de 2022 se pareció al del mismo día, pero de 1985; mientras que por intensidad representó la octava parte de la intensidad del de 2017.
Eduardo Ismael Hernández y Gerardo López Arciga, investigadores de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), detalló que, aunque en la zona del epicentro, a 63 kilómetros al sur de Coalcomán, Michoacán, en los límites con Colima, el sismo tuvo una magnitud de 7.7, en el estado de Puebla se registró una menor intensidad.
“Para la región central del país, donde se encuentra el estado de Puebla, tuvimos intensidades del uno por ciento de la gravedad, esto significa que el movimiento fue percibido en algunos puntos de la zona urbana de Puebla, más o menos, moderado”, apuntó.
Al estar más alejado el epicentro, las ondas tuvieron que recorrer una mayor distancia, más de 450 kilómetros para llegar al territorio poblano, ante lo cual, sus daños fueron de menor intensidad al compararlo con lo que se vivió hace cinco años.
“Las ondas tuvieron que recorrer, desde el epicentro, del orden de los 450 kilómetros. En Puebla, el sismo se sintiera de manera menor que los sismos de 2017. Aunque el sismo del 19 de septiembre de 2017 fue de una magnitud menor, se sintió en mayor intensidad porque el epicentro estuvo en alrededor de 100 kilómetros”, apuntó.
En el territorio poblano, el sismo de este 19 de septiembre de 2022 no generó daños considerables, en una primera revisión, porque influyó la distancia de la zona del epicentro, punto donde la intensidad fue mayor.
“Este temblor de este 2022, magnitud 7.7 y a una distancia muy considerable de la ciudad de Puebla, de alguna manera, cumple la teoría de que a mayor distancia que recorran las ondas sísmicas, se van atenuando a la ciudad de Puebla con menor potencia. Hay 3 parámetros que determinan el nivel de sacudida de los suelos, uno de ellos, es la magnitud que es la cantidad de energía que se libera en la zona donde se presenta y la otra es la distancia que recorren las ondas sísmicas”, destacó.
Respecto a que los sismos se están repitiendo los días 19 de septiembre, el investigador destacó que se trata de una casualidad y para establecer una relación se tendrían que seguir realizando investigaciones.
El sismo de este 2022 es parecido al del año 1985; sin embargo, es totalmente diferente a lo que sucedió hace cinco años que fue intraplacas, es decir, una placa se colocó por debajo de otra.
“Han sido coincidencias importantes. Lo que podemos coincidir es que los temblores son aleatorios, es decir, son algo al azar, es decir, es una probabilidad. Los temblores tienen distribución aleatoria tanto en el espacio, es decir, en el lugar en el que ocurren y en el tiempo. No se ha podido cuantificar esta variación probabilística aleatoria”, explicó.
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